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THRASH LA UNIÓN EN PEREIRA - COLOMBIA

Por: Diego Oregón

Después de 4 meses de ansiosa espera, llegó el primer día de Festival. Volé desde Lima para presenciar un evento inigualable en Sudamérica, algo que me motivo durante meses y me condujo a conseguir trabajo para costear mi viaje. Ya estaba en Pereira y nada iba a malograrme la experiencia.

Llegué a las 2:20pm al Oz Bar, bajo un sol despiadado y una verde naturaleza que invadía las calles. Todavía no abrían puertas del local, pero pude escuchar la prueba de sonido de los ingleses de Raven. Poco después, la gente de Wehrmacht, tranquilamente, salió a almorzar mientras se hacían los últimos ajustes técnicos. Me presenté con los organizadores del evento que me recibieron con mucha alegría de notar que había ido desde Perú. A primera impresión, vi a la escena metalera de Pereira y alrededores muy unida, claramente se apreciaba hermandad y pasión por el Metal. 

A las 5pm empezaron las bandas colombianas a demostrar brutalidad y destreza técnica. A cargo de God of Lies, Sagros, No Remorse, Kill e Evil Terror. En particular, disfrute mucho con Kill, banda de Armenia que hizo moshear al público con un aplastante Thrash. Todas las bandas lo dieron todo para que se lleve a cabo un gran show.

Mi reloj marcaba las 9:20 de la noche y el local con un aforo semilleno empezó a retumbar Crossover a cargo de Wehrmacht. Tocando clásicos como Shark Attack, You Broke My Heart (So I broke your face), Biermacht y Gore Flix. Mientras los parceros se volvían locos en el moshpit, la banda nos sorprende con un tremendo cover de Maiden: ¡Wrathchild! Poco después, la banda se retira entre aplausos.

Las cervezas seguían circulando y, a la par, los thrashers comentaban la llegada de Morbid Saint al escenario. Las ansias de poder escuchar a Pat Lind, vocalista original de la banda, no podían más. Hasta que apagaron las luces y a las 10:30 sonó ¡¡Lock Up Your Children!!. Oh, aquellos platillos interpretados por Randy Wall, delirantes. Estábamos seguros que esa noche nuestros cabezas iban a recibir patadas de agresividad sonora. Impresionados por el carácter del público, Lind exclamó: “¡Qué chimba Pereira!”.  Siguieron temas como Crying for Death, Sign of the Times y de repente: SCARS. Definitivamente la mejor canción de la noche. Yo ya no podía más con mi cabeza, era demasiada la satisfacción auditiva. Morbid Saint se despidió de Pereira con Assassin, aquel tema que tiene uno de los  riffs más enfermos y excelentemente ejecutado por Jay Visser.

Acercándonos a media noche, los hermanos Gallagher y Joe Hasselvander se alistaba para salir al escenario. Fiel a su estilo, Marck Gallaguer se pone las protecciones de Hockey en las piernas, carga su Fender Telecaster usada por años y se levanta en dirección al escenario. Los clásicos de la banda no faltaron. Estaban decididos a complacer a todo el público colocho que tenía el privilegio de ver tocar a Raven por primera vez en Sudamérica. La presentación fue impecable, a pesar de que hubo algunos problemas con el sonido. Todo el Oz Bar coreó Rock Until You Drop, Stay Hard, On and On, Mind Over Metal y Speed of the Reflex. En medio del concierto nos sorprendieron con un tema inédito: Destroy All the Monsters. Todavía no sale a la venta el disco al que pertenece está canción, The Extermination, pero nosotros ya lo disfrutábamos del speed/heavy que han creado (recomendable). 

Terminó la descarga de Metal en Pereira dejándonos a  todos agotados y extasiados del tremendo festival que presenciamos. Los aplausos, el reconocimiento a la gran entrega de las bandas y los productores que hicieron que esto sea una realidad, no faltaron. Me fui con el gran deleite de haber presenciado geniales bandas y una escena metalera calurosa que ama el género. Gracias a todos por hacer que esta aventura sea tan brutal para mí.

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