[LIVE REVIEW] GLENN HUGHES: "LIMA, CAN YOU FEEL IT?" YES, WE COULD
Por: Diego Oregón
Hace mucho tiempo no se vivía un concierto de Rock n’ Roll de tanto peso en Lima. Fue impresionante ver a Glenn Hughes, con toda una carrera artística desde hace más de 40 años, verlo en el escenario a los 63 manteniendo la voz y la versatilidad como cuando era joven. Maestro de maestros. Por otro lado, Doug Aldrich, ex guitarrista de Dio, Whitesnake y Burning Rain, experimentado y virtuoso con las cuerdas, no se quedó atrás.
El show se dio en la Discoteca Céntrica y empezó a las 9 con la banda nacional Aliados. Llenando poco a poco el aforo, un público medianamente frío escuchaba a la banda liderada por Pepe Gonzalez. De las canciones que más destacaron fueron "Habla" y "No lo sé".
Con todas las ansías del momento, entró al escenario la leyenda Hughes, Aldrich y el baterista sueco, Engborg. El concierto arrancó con Stormbringer, himno de Deep Purple, que da paso a un afectuoso abrazo entre los dos genios que teníamos en frente. "We’re here to fucking rock!" nos gritó Hughes… y no mintió.
Sail Away y Touch My Life, uno del disco Burn y otro de Medusa-Trapeze, hicieron retumbar el local y nos empezaron a transportar a los 70’s con un ambiente bien “peace and love”. Poco después, tras el pedido de un fan de los últimos proyectos de Hughes, el talentoso cantante interpretó One Last Soul de Black Country Communion.
Mistread a lo "California Jam" fue la mejor canción de la noche, sin dudas. Momento totalmente setentero que, junto al sentimiento y destreza que cada uno de los músicos dejaba en el escenario, dejó a todo el público boquiabierto y estupefacto frente a tan gloriosa experiencia. “Lima, you stole my fucking heart (...) This is about love and Rock & Roll”, nos comentó Hughes tiernamente.
Siguieron Good to be Bad (único cover de Whitesnake de la noche), Can’t Stop the Flood y Sweet Tea (cover de California Breed), hasta que Hughes nos volvió a dirigir unas palabras, hablando de fe y el miedo para pasar a Addiction, tema de su carrera solista de 1996. Minutos después, llegó el encore para terminar la noche con Black Country y el tan esperado Burn, del cual nadie perdió la oportunidad de corear junto al grande.
Humilde y carismáticamente se despiden Hughes, Aldrich y Engborg. Resaltando que el vocalista de la noche nos dejó entusiasmados cuando señaló que regresaría el próximo año. Todos los asistentes salimos satisfechos de un concierto de enorme calidad musical que deleitó nuestros oídos. Gracias a todos los que hicieron posible este concierto y a la gran cantidad de público que asistió la noche del 13 de Agosto.
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