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The Final Countdown? Here I Go Again! EUROPE y WHITESNAKE Juntos En Una Velada Única


CrónicaCamila Gómez Zelijoski 
Fotos: Walter Salinardi 
Agradecimientos: Ariel Vigo y Diego Perri 


Los británicos liderados por Coverdale aterrizaron en Buenos Aires para presentar Flesh & Blood, recién salido del horno y nada menos que con Europe como invitado de lujo.

Viernes 4 de octubre, día frío, gris y previamente tormentoso; en el Estadio Hípico Argentino, sobre las 19:40 horas puntual y después de una breve pero sólida performance (acorde a lo que se venía) de los nacionales de Watchmen, subía al escenario la banda sueca que en 1986 le regalaba al mundo entero un hit tan inolvidable como lo es The Final Countdown.


Por cuarta vez en el país, el grupo liderado por el vocalista Joey Tempest y el guitarrista John Norum, y que mantiene su misma formación (Ian Haugland en batería, John Levén en el bajo y Mic Michaeli en teclados) desde comienzos de los ‘80, demostró que aún conserva su fuerza y su carisma escénico, con una apertura histórica de la mano de Walk The Earth, primer corte de su último álbum homónimo de 2017.


Le siguieron The Siege (Walk The Earth, 2017), el fiestero más glam de la década ochentosa: Rock The Night (The Final Countdown, 1986) y Scream Of Anger (Wings Of Tomorrow, 1984). Joey Tempest demostró que aún tiene sus movimientos, además de, por supuesto, una voz espectacular que es casi un mimo al oído.

La banda tocó sin parar una seguidilla de sus mejores temas, incluyendo Last Look At Eden (Last Look At Eden, 2009), Sign Of The Times (Out Of This World, 1988), Ready Or Not (Out Of This World, 1988), War Of Kings (War Of Kings, 2015) y Hole In My Pocket (War Of Kings, 2015), interrumpiendo sólo para interactuar con la audiencia que acompañaba cada una de las canciones.

Hasta que llegó el turno de una de las baladas más románticas que toda una generación recuerda. Carrie (The Final Countdown, 1986) hizo emocionar a más de uno por los flashbacks del pasado que trajo a la memoria de quienes han guardado preciadas imágenes en sus retinas.

Le siguió Nothin’ To Ya (War Of Kings, 2015) con un exquisito solo del gran John Norum, antes de la mítica Superstitious (Out Of This World, 1988), con la cual todos los fans supieron sacudir las cabezas a ritmo.


Cherokee (The Final Countdown, 1986) pasó casi inadvertida en el encore antes del gran cierre con la inigualable The Final Countdown que todos cantaron y bailaron a todo pulmón de intro a outro. La nostalgia mueve multitudes.

Europe se despidió de Buenos Aires con la promesa de un “hasta pronto”, remarcando que disfrutemos el show de Whitesnake.


Los miembros de la “serpiente blanca” no se hicieron rogar demasiado. Salieron a escena casi inmediatamente después de Europe, al finalizar My Generation de sus compatriotas The Who, pero eso sí, haciendo una gran entrada con Bad Boys del álbum 1987 (1987) y un David Coverdale que hipnotiza y que sigue dando batalla con su cuerpo de casi setenta años. El ex Deep Purple hizo su aparición llevando una camisa negra con pechera bordada con los colores argentinos (Te amamos David), acompañado por sus compañeros de banda: el legendario Tommy Aldridge en batería, Joel Hoekstra en la guitarra solista, el ex Winger y Dokken Reb Beach en la rítmica, Michael Devin en el bajo y Michele Luppi en el teclado.

Sonaron temas de los primeros discos de Whitesnake, tales como Slide It In, Slow An’ Easy y Love Ain’t No Stranger del disco Slide It In de 1984, pero tampoco faltaron las joyitas de su nuevo trabajo discográfico de este año: Flesh & Blood. Las mismas fueron Hey You (You Make Me Rock), Trouble Is Your Middle Name y Shut Up & Kiss Me, temas potentes y con el estilo del Whitesnake hardrockero de principios de los ‘80.


Coverdale no decepcionó incluyendo los covers de siempre: Ain’t No Love In The Heart Of The City (de Bobby “Blue” Band) y Burn, de su época con Deep Purple, también presente en el Purple Album de 2015.

Pero aunque un dios de la sensualidad como David se lleve todas las miradas, sus compañeros pudieron lucirse ampliamente, cuando llegó la hora del duelo de guitarras de Hoekstra y Beach, donde ambos demostraron ser unos virtuosos. Sin embargo la adrenalina llegó de las manos de Tommy con un solo de batería de casi diez minutos que enloqueció a todo el Hípico por la energía de Aldridge que, a sus sesenta y nueve años, se dio hasta el lujo de tocar la bata solo con las manos. Punto álgido de la noche. Épico.

Para el momento en que le tocó sonar a 1987 (probablemente el álbum favorito de todos), la audiencia ya estaba encendida coreando cada tema y el clásico “Olé, olé, olé, Whitesnake, Whitesnake”.

Is This Love nos hizo volver al primer amor con mucha emoción y recuerdos, seguido de clasicazos como Gimme All Your Love y el casi himno en que se convirtió el sencillo Here I Go Again.

El fuego alcanzó el clímax con Still Of The Night, y el calor ya no solo estaba en las letras sino que se sentía en la atmósfera.


Coverdale se despidió con una lección importantísima: “Nunca dejen que nadie les diga que no pueden hacerlo”. Prácticamente lágrimas de por medio de los que estábamos en el campo delantero, teniendo a metros a una de las leyendas del rock, dándonos un consejo.

Los miembros de la “serpiente blanca” se fueron del escenario con We Wish You Well (Lovehunter, 1979) de fondo y aunque ya estén grandes, para todos será hasta la próxima. Una noche para recordar, como pocas.





Podés disfrutar de la cobertura fotográfica completa en los siguientes links:

WHITESNAKE aquí

EUROPE aquí



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